Siete
películas en tres años y dos premios Oscar como Mejor Actriz Principal fue el
balance de la carrera cinematográfica de la actriz Luise Rainer en la llamada
Meca del Cine, Hollywood. “Nosotros te hicimos y también te podemos destruir”,
fue la sentencia que le dijó el productor Louis B. Mayer ante las exigencias de
la actriz; y lo cumplió. La actriz a sus 104 años de edad vive actualmente en
Londres y solo fue hasta hace tres años atrás que recibió su estrella en el
Paseo de la Fama en Hollywood.
Presintiendo los vientos de guerra que se venían encima y
atraídos por el auge de la industria cinematográfica en los Estados Unidos, actores
y actrices europeos emigraron con la finalidad de desarrollar una carrera en la
gran pantalla. La gran mayoría de estos traían una base de actuación en el
teatro –a pesar de no dominar el idioma inglés-, y esto se transformó en el
atractivo de ejecutivos de Hollywood para su contratación.
La actriz Luise Rainer (nacida en Düsseldorf, Alemania en
1910) actuaba desde los 16 años tanto en su natal Alemania como en Austria y de
alguna manera desarrolló una brillante carrera en las tablas de la mano del
destacado director Max Reinhardt.
En una de las tantas obras en las que participó fue vista
por un scout de los estudios MGM y pronto
recibió la invitación para viajar a Hollywood. Sin pensarlo mucho e impulsada
por Reinhardt, Rainer partió a su nuevo destino sin prever que el regreso
estaría casi también pautado.
Luise Rainer en "The Great Waltz".
Muchos pensarían que reseñar la filmografía de una actriz
del llamado “Hollywood Clásico” –de los años ’20, ’30 y ’40- llevaría páginas y
páginas e incontables referencias, pero
en el caso de esta actriz no es así. Pocas carreras de una estrella del cine de
este calibre tienen estas características: siete películas en tres años. Pero
igualmente, pocas carreras de una estrella de Hollywood tienen este record: dos
premios Oscars en solo tres años.
La imponente puesta en escena de "The Great Ziegfeld" (1936).
Rainer fue la primera intérprete –actor o actriz- en
ganar más de un Oscar y también fue la primera en ganarlos en años consecutivos.
Tuvieron que pasar 31 años para que otra actriz lo lograse: Katharine Hepburn.
Igualmente, Rainer ganó sus dos premios de la Academia de dos nominaciones que
tuvo en total, es decir, ganó siempre que fue nominada. (Hilary Swank es la
otra actriz del grupo de las ganadoras de más de un Oscar que mantiene este
mismo record, pero hay que considerar que ésta puede ser aun nominada otras
veces).
Junto a su co-estrella en "The Great Ziegfeld", William Powell.
“Escapade” (1935) fue el primer filme de factura Made in Hollywood en el que la actriz
recién llegada de Europa actuó y sin vacilar, el jefe de los estudios MGM Louis
B. Mayer le dio el visto bueno a su nueva adquisición. De manera inmediata,
otra gran producción se cocinaba en dichos estudios y Rainer entraría en el rol
protagónico junto con William Powell y Myrna Loy; “The Great Ziegfeld” (1936) dirigido
por Robert Z. Leonard fue un musical basado en la vida del hombre del
espectáculo Florenz Ziegfeld y le dio el primer Oscar a Rainer por su papel de
ex esposa (Anna Held) de Ziegfeld (Powell). La película ganó como mejor Film
del año y sus coreografías, vestuarios y escenografías son de impactante
majestuosidad.
Rainer en su personaje de O-Na en "The Good Earth".
El año siguiente le traerían a la actriz un puñado de
películas con grandes directores a la cabeza del proyecto y haciendo pareja con
consagradas estrellas masculinas de Hollywood. “The Good Earth” (1937) fue la
primera. El novelista ganador del premio Nobel Pearl Buck alimentó esta trama
de la historia de un matrimonio campesino chino y como sus vidas se arruinan y
la difícil tarea de permanecer juntos ante las adversidades. Rainer (O-Na)
protagonizó junto al actor Paul Muni y
le otorgó su segundo premio Oscar de manera consecutiva.
Rainer pasó de la opulencia y lujo en "The Great Ziegfeld" a la austeridad extrema de "The Good Earth".
“The Emperor’s Candlesticks” de nuevo junto a Powell y
“Big City” junto a Spencer Tracy fueron las otras dos producciones de ese año.
Con una fama y éxito a cuestas y cada vez más exigencias
por parte de los estudios, Rainer comienza a tomar algunas consideraciones que
antes no tuvo. Siguieron otros filmes como: “The Toy Wife” y “Dramatic School”
ambas en 1938. La primera fue un melodrama dirigido por Richard Thorpe y actuado
junto a Melvin Douglas y Robert Young; la segunda fue un drama dirigido por
Robert Sinclair y protagonizado junto a Paulette Goddard, Alan Marshal y Lana
Turner.
Repitió con Powell en "The Emperor's Candlesticks".
En el ínterin de este año y entre una película y otra
surgió un desacuerdo entre Rainer y el productor Mayer al rechazar ésta el
papel femenino junto al actor Edward G. Robinson en la película “The Last
Gangster”. La disputa se basó en que Rainer exigía otro trato o consideración
para ella poder elegir sus películas y un salario más justo para todo el
trabajo que estaba haciendo. Ella no quería encasillarse en un molde de papel
de mujer cándida y apacible, además de que según un testimonio que dio años
después en una entrevista: “… para poder interpretar un papel en cine o teatro
debía sentir ese personaje de alguna manera y no simplemente que me lo
impusieran como una tarea más”.
Recibiendo su segundo Oscar por "The Good Earth".
Mayer no tardó en responder ante las exigencias de la
actriz y fue cuando le respondió la famosa frase que ha sido utilizada como sentencia en Hollywood: “Nosotros te
hicimos y también te podemos destruir”.
El día que recibió su estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood.
Tras este encuentro y sin llegar a ningún acuerdo de
renovación de contrato, la actriz Luise Rainer volvió a Europa. Se acababa una
carrera en la gran pantalla de una mujer que brilló y dio roles tan dispares
como el de Anna Held y O-Na. Rainer, tiempo después declaró para el escritor
Robert Osborne autor del libro “The 60 Years of the Oscars” lo siguiente:
“…Llegué a Hollywood y no sabía nada de esto; no sabia nada de los premios de
la Academia y de lo que ello traía. Muchos dicen que ganar el premio es una
maldición. Yo no pienso esto. Pienso que para ganar un premio así hace falta
demostrar un buen material y eso no puede ser algo malo. Todo fue muy rápido y
no tuve tiempo de asimilarlo. Me vi con las mismas maletas al regresar a Europa
pero con algo más de peso, mis dos estatuillas. Ahora es que pienso que fue
maravilloso haberlas ganado”.
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