jueves, 30 de septiembre de 2010

UN TRIUNFO INESPERADO

El premio Oscar genera polémica y debates desde el mismo momento que se anuncian las nominaciones hasta la entrega del premio como tal. En varias oportunidades, quien se pensaba iba a ganar resulta que se queda con las manos vacías. He aquí algunas historias al respecto.

No se trata de que un actor o actriz es mejor que otro (a) ni tampoco que no se lo merece. Pero la historia de los premios Oscar está llena de casos en los cuales se esperaba ganara un determinado actor o actriz y cuando se abre el sobre, resulta que el nombre anunciado es otro. Muchas veces la prensa, la publicidad y los mismos estudios alimentan ese “favoritismo” y es por ello que ocurren estas inesperadas situaciones.

El caso de Bette Davis y su primer Oscar en 1935 por “Dangerous” fue más bien una nominación inesperada por un filme que no representaba a su categoría, pero ello tiene su explicación en que Davis fue obviada el año anterior (1934) por su papel en “Of Human Bondage” y este del ’35 se tradujo como de reconocimiento aunque no oficialmente así considerado. De nuevo Davis protagonizaría en 1940 otro llamativo ejemplo, cuando ni ella ni Joan Fontaine ni Katharine Hepburn ganaron como Actriz Principal sino Ginger Rogers por “Kitty Foyle”, actriz y bailarina de musicales que sorprendió con este premio.


La ceremonia de 1943 estuvo precedida por un clima lluvioso y esto hizo que más de uno llegara retrasado a la entrega de premios. Entre la lista estaban las actrices Jennifer Jones e Ingrid Bergman. Ambas estaban nominadas como actrices principales y la primera -en vista del claro favoritismo de la segunda por su rol en “Casablanca”- le decía a Ingrid: “…lleguemos aprisa o sino tu premio se lo darán a otra”, en forma jocosa. Que sucedió?. Leen las nominaciones y gana Jones por “The Song of Bernadette”. Bergman desde su asiento reía sin parar.

“Mildred Pierce” (1945) fue una película excelente una vez hecha pero que en papel parecía tener un efecto poco atractivo para quien lo iba a representar. Bette Davis, Barbara Stanwyck y Ann Sothern lo rechazaron y no fue sino hasta que se lo ofrecieron a Joan Crawford, cuando el rol principal del ama de casa engañada y humillada por su amante e hija consiguió soporte en pantalla. Final feliz: le valió un Oscar a Crawford y la envidia de las otras tres actrices.
Cuando se tiene en competencia a Bette Davis y a Gloria Swanson hay que tomar una decisión: o te esfuerzas al máximo o te retiras. Judy Holliday se lo tomó con calma y compitieron ese año por el Oscar a la Mejor Actriz Principal. Davis por su rol de Margot Chaning en “All About Eve” y Swanson como Norma Desmond en “Sunset Boulevard” eran difícil de superar; Holliday lo logró por “Born Yesterday” en 1950.


Actores por reconocimiento
En 1951, Marlon Brandon (A Streetcar Named Desire) era tan favorito al Actor Principal que los otros cuatro nominados estaban dispuestos a proclamarlo antes de la noche final. Humphrey Bogart –atónito por su triunfo- logró el Oscar por “The African Queen” en un premio considerado por “reconocimiento” a su carrera que no veía nominación desde 1943 por “Casablanca”. Es considerado igual, el momento en que John Wayne gana como Actor por “True Grit” en 1969. El famosísimo actor de westerns nunca antes lo ganó y fue muy conmovedor su triunfo ya que estaba enfermo. Otro actor que vivió similar situación fue Henry Fonda en 1981 por “On Golden Pond” cuando enfermo en casa vio como su hija Jane Fonda aceptaba el premio en su nombre; y eso que Fonda padre ya había recibido un Oscar Honorario el año anterior.

Tres de Reparto
¿Inesperado o inexplicable?. Los archivos del Oscar las tiene de ganadoras como actrices de reparto, pero la audiencia pareció en su momento no entender aquellos triunfos: Beatrice Straight por “Network” (1976), Marisa Tomei por “My Cousin Vinny” (1992) y Juliette Binoche por “The English Patient” (1996). La primera actuó solo 10 minutos y para muchos no desarrolló el papel al 100%; la segunda fue tan insignificante como la película misma; y la tercera se lo arrebató nada menos que a Lauren Bacall.

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